Has visto alguna vez a un Rey renunciar a su trono para convertirse en un súbdito, haz visto alguna vez a un Presidente de una nación renunciar a su cargo para convertirse en un ciudadano común, haz visto alguna vez a un pastor renunciar a su cargo para dárselo a un líder emergente. La razón de hacer dichos contrastes es para destacar que la naturaleza humana no es ir en retroceso ni degradarse, esta siempre nos invita a avanzar y a convertirnos en lo más relevante posible. Y esta cultura ha invadido la mente de los pastores y líderes cristianos independientemente si lo es de una iglesia pequeña, mediana o de una mega iglesia, es fácil que el pastor ponga su mente en modo: "Yo soy el más importante" Y por lo tanto, tengo la prerrogativa de tener los mejores privilegios, de dar órdenes para que se cumplan, de hacer tareas dignas de mi posición, así como evitar aquellas que me traen degradación, y sin darnos cuenta creamos en nuestra mente un trono y nos sentamos en el, con el trono creamos una cultura de culto a nuestra posición y dejamos de vernos como colaboradores de Dios y siervos de otros para que alcancen su máximo potencial para que vivan vidas plenas y de servicio efectivo a Dios, convirtiéndonos por lo tanto en el centro y en usurpadores de la Gloria de Dios.
El nombre que Dios le da a dicho estado del corazón es" "ORGULLO" Y este trae muy desafortunadas consecuencias al interior de las iglesias.
Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales. Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre.
En primer lugar, hay que destacar que el pasaje enfatiza que la meta del liderazgo Cristiano es darle toda Gloria a Dios Padre, esto implica el compromiso de no crear una cultura que glorifique a la persona independientemente de su titulo o logros dentro de una organización.
En segundo lugar, se nos da el modelo de liderazgo según el corazón de Dios, para evitar caer en el pecado del orgullo. Llamaré a este modelo del cual Cristo es el máximo ejemplo
"El descenso voluntario" En el pasaje sucede de la siguiente manera:
Siendo Dios, se hizo hombre; siendo hombre se hizo siervo. Pero aún hay otro escalón en este descenso de Cristo: siendo siervo, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y no cualquier muerte, sino muerte de cruz. Cristo descendió al lugar más bajo. Porque no hay en el universo un sitio peor que aquel donde se recibe la maldición divina. En efecto, él cargó en el Calvario la maldición sobre sí; fue hecho pecado por nosotros. El ser más alto del universo descendió hasta el lugar más bajo. ¡Todos nuestros infiernos cayeron sobre el Hijo de Dios en aquella cruz!
Hace un par de años, mi esposa Silvia y yo estábamos en el rol de discipular una pareja que venía de otra iglesia, después de conocer sus dolores y heridas y desarrollar cierto grado de confianza, al terminar de almorzar, el esposo me hizo en privado la siguiente observación:
Esta mañana cuando llegamos a la iglesia, te vimos ayudar a colocar sillas, te vimos ir a comprar baterías para el micrófono por que no habían, y la semana pasada que los acompañamos al Centro de Desarrollo Infantil en el Volcán, vimos a tu esposa servir comida a los niños, tomarse el tiempo para hablar con unas madres, y manejar hasta Santa Tecla a comprar insumos que hacían falta, Ahora mismo en el almuerzo, tu cocinaste, tu hijo sirvió las bebidas y ayudaron a levantar la mesa. Esto es raro para nosotros por que en la otra iglesia donde estuvimos los Pastores tienen un edecán, que se asegura de pasarles la Biblia, darle agua después de la predicación, programarles citas con otros miembros, hacerle mandados y muchas otras cosas que ni siquiera te imaginas. Acto seguido me dijo: Yo te sugiero que consideres tener un edecán, no se ve muy honroso, que vos pongas sillas, o tengas que hacer mandados como ir a comprar baterías. Etc.
Estaba tan alienado con este tipo de liderazgo abusivo, que incluso lo justificaba. Tristemente esta es la realidad de muchas iglesias.
Aunque en esa oportunidad el observó mi actitud de siervo como Pastor, no siempre es así, también he tenido lapsos de estupidez en la cuál me he visto sentado en el trono y olvidado que el modelo de Cristo es el descenso voluntario a fin de glorificar al padre.
Pero, descender no es fácil, en especial cuando ya hay creada una cultura de privilegios alrededor de la posición. Entiéndase como posibles privilegios beneficios financieros, las distinciones al recibir siempre de lo mejor en comida, hospedaje, viajes, tener asistencia de personal aún para tareas básicas que podrían realizarse por sí mismo, Etc.
Por lo tanto, si queremos trascender y como Cristo ser honrados por el Padre, a causa de su condición de humildad, debemos revisar nuestra vida y emprender el "Descenso Voluntario" O de lo contrario en el Juicio del Trono de Cristo después del arrebatamiento donde nuestras obras serán probadas, quedará en evidencia que usamos nuestras posiciones dentro de la iglesia para hacer un monumento de nosotros mismos y no para la Gloria de Dios. Y consecuentemente al representar mal a Dios en esta tierra, al preocuparnos por mantener nuestro estatus de privilegios nos privaremos de ser testigos de ver un liderazgo emergente surgir, no veremos multiplicación de discípulos, y privaremos también a la iglesia de un real crecimiento según el corazón de Dios.
El nombre que Dios le da a dicho estado del corazón es" "ORGULLO" Y este trae muy desafortunadas consecuencias al interior de las iglesias.
- Pastores y líderes que generan una cultura de adoración para ellos mismos
- Pastores y lideres que generan una cultura de privilegios para si mismos
- Pastores y líderes que no invitan a otros a la mesa de decisiones y cuya voz debe seguirse sin ser cuestionada.
- Pastores y líderes que no piensan en la sucesión y por el contrario ven en el liderazgo emergente y de alto rendimiento una amenaza a su posición.
Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales. Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre.
En primer lugar, hay que destacar que el pasaje enfatiza que la meta del liderazgo Cristiano es darle toda Gloria a Dios Padre, esto implica el compromiso de no crear una cultura que glorifique a la persona independientemente de su titulo o logros dentro de una organización.
En segundo lugar, se nos da el modelo de liderazgo según el corazón de Dios, para evitar caer en el pecado del orgullo. Llamaré a este modelo del cual Cristo es el máximo ejemplo
"El descenso voluntario" En el pasaje sucede de la siguiente manera:
Siendo Dios, se hizo hombre; siendo hombre se hizo siervo. Pero aún hay otro escalón en este descenso de Cristo: siendo siervo, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y no cualquier muerte, sino muerte de cruz. Cristo descendió al lugar más bajo. Porque no hay en el universo un sitio peor que aquel donde se recibe la maldición divina. En efecto, él cargó en el Calvario la maldición sobre sí; fue hecho pecado por nosotros. El ser más alto del universo descendió hasta el lugar más bajo. ¡Todos nuestros infiernos cayeron sobre el Hijo de Dios en aquella cruz!
Hace un par de años, mi esposa Silvia y yo estábamos en el rol de discipular una pareja que venía de otra iglesia, después de conocer sus dolores y heridas y desarrollar cierto grado de confianza, al terminar de almorzar, el esposo me hizo en privado la siguiente observación:
Esta mañana cuando llegamos a la iglesia, te vimos ayudar a colocar sillas, te vimos ir a comprar baterías para el micrófono por que no habían, y la semana pasada que los acompañamos al Centro de Desarrollo Infantil en el Volcán, vimos a tu esposa servir comida a los niños, tomarse el tiempo para hablar con unas madres, y manejar hasta Santa Tecla a comprar insumos que hacían falta, Ahora mismo en el almuerzo, tu cocinaste, tu hijo sirvió las bebidas y ayudaron a levantar la mesa. Esto es raro para nosotros por que en la otra iglesia donde estuvimos los Pastores tienen un edecán, que se asegura de pasarles la Biblia, darle agua después de la predicación, programarles citas con otros miembros, hacerle mandados y muchas otras cosas que ni siquiera te imaginas. Acto seguido me dijo: Yo te sugiero que consideres tener un edecán, no se ve muy honroso, que vos pongas sillas, o tengas que hacer mandados como ir a comprar baterías. Etc.
Estaba tan alienado con este tipo de liderazgo abusivo, que incluso lo justificaba. Tristemente esta es la realidad de muchas iglesias.
Aunque en esa oportunidad el observó mi actitud de siervo como Pastor, no siempre es así, también he tenido lapsos de estupidez en la cuál me he visto sentado en el trono y olvidado que el modelo de Cristo es el descenso voluntario a fin de glorificar al padre.
Pero, descender no es fácil, en especial cuando ya hay creada una cultura de privilegios alrededor de la posición. Entiéndase como posibles privilegios beneficios financieros, las distinciones al recibir siempre de lo mejor en comida, hospedaje, viajes, tener asistencia de personal aún para tareas básicas que podrían realizarse por sí mismo, Etc.
Por lo tanto, si queremos trascender y como Cristo ser honrados por el Padre, a causa de su condición de humildad, debemos revisar nuestra vida y emprender el "Descenso Voluntario" O de lo contrario en el Juicio del Trono de Cristo después del arrebatamiento donde nuestras obras serán probadas, quedará en evidencia que usamos nuestras posiciones dentro de la iglesia para hacer un monumento de nosotros mismos y no para la Gloria de Dios. Y consecuentemente al representar mal a Dios en esta tierra, al preocuparnos por mantener nuestro estatus de privilegios nos privaremos de ser testigos de ver un liderazgo emergente surgir, no veremos multiplicación de discípulos, y privaremos también a la iglesia de un real crecimiento según el corazón de Dios.
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